También me parecen muy atractivas sus muñecas maniquíes de los años 50. Madame Alexander fue empresa pionera en fabricar muñecas "adultas" con los pies torneados para calzar zapatos de tacón, pues su Cissy se comercializó antes que la Barbie de Mattel.
Su larga producción de muñecas continúa en la actualidad, con aparente buena salud -cosa que celebro-. Tal vez las licencias para convertir sus muñecas en personajes de cuento o películas contribuyan a ello (Mujercitas, Lo que el viento se llevó, Grease, El Mago de Oz, Blancanieves, Rapunzel... y muchas más).
Llegué a la dirección indicada, en Harlem, y a la entrada del edificio un cartel confirmaba que había dado con el sitio correcto.
Qué emoción subiendo en el ascensor y al llegar al hall.
Recién había comenzado la visita pero me permitieron unirme al grupo, con la fortuna de ser el tour "Behind the scenes", donde, por un importe extra, además de enseñarnos la Heritage Gallery y la Showroom, nos dirigieron por la parte de Diseño, Costura y Producción, incluyendo el Hospital de Muñecas (reparan muñecas Madame Alexander y de cualquier marca).
Pudimos ver las telas, los cabellos sintéticos, la sala de diseño, estanterías repletas de multitud de documentación de donde sacan inspiración, los paneles donde se encuentran los moldes de las cabecitas actualmente en producción, etcétera. Cualquiera que fuera el ángulo al que dirigías la vista, estaba lleno de detalles que valía la pena admirar.
Después del visionado de un corto reportaje sobre ella, sobre Madame Alexander, llegamos al punto fuerte de la visita.
La Heritage Gallery es una sala espectacular, enorme, que alberga una fabulosa colección de muñecas antiguas Madame Alexander, muy bien expuesta.
Los ejemplares son de ensueño, en estados de conservación que emocionan. No están todos los modelos producidos, pero sí muchísimos, algunos de los cuales provienen de donaciones.
No se permite el flash en este lugar, para preservar los materiales delicados de muñecas y vestidos.
Fui la última del grupo en abandonar esa habitación, pues miraba y remiraba cada una de las vitrinas.
Al salir de esta sala fuimos a dar a la tienda, con precios muy por debajo de los que se encuentran en comercios.
En este punto de la visita ya me había quedado sola con la guía, una persona encantadora, porque todos los demás asistentes se habían despedido.
Absolutamente recomendable.