domingo, 17 de octubre de 2010

¡ Quiero Mays !


Mays Pradera

¡Quiero más! ¡Quiero Mays!

De niña, me gustaba especialmente jugar con una pareja de muñequitos que iban vestidos como en la serie "La casa de la pradera" o los cromos de dibujos de Sarah Kay.

Como medían apenas 20 cm eran muy manejables y los solía llevar en el coche, cuando los viajes por carretera en España, en los años 80, eran interminables.
Pero lo que son las cosas, crecí y mi memoria los desterró durante largo tiempo.

Hace unos ocho años, empezando a investigar por los foros de coleccionistas de juguetes -que ya proliferaban en Internet-, ví una foto de aquellos mismos muñecos que me trajo muchos dulces recuerdos.

MayA veces un olor o un nombre nos evoca esas memorias, nos hace volver al pasado y revivir momentos que nunca se olvidaron del todo.

Una imagen es fidedigna, es poderosa, es incuestionable; a diferencia del filtro de nuestro recuerdo que, a menudo, distorsiona los detalles.

He conocido a numerosos coleccionistas que me han contado sus comienzos en esta afición y en la mayoría la historia se repite: toparse con aquel objeto que significó algo especial en tiempos pasados.
A veces es la propia pieza recuperada del desván familiar, otras un modelo similar reconocido en un mercadillo.

Yo ni siquiera recordaba el nombre o el fabricante de los muñequitos que tuve de niña pero, al ver la foto, sentí una irrefrenable necesidad de saber más. Alguien me dijo que eran Mays, de Famosa.
Rebuscando en casa de mis padres, no encontré los muñecos pero sí sus ropas.

Quise hacerme con una pareja de Mays "Pradera" como los que yo tuve: niña de verde y niño de marrón. Los conseguí.
Durante una temporada, fui encontrando varios Mays en mercadillos y ferias, y así empecé con ellos.
Muchos incluso los adquirí en sus cajas, por estrenar.

Mays rayas azules
Mays rosa

Desconocía que había tantos modelos diferentes.

En verde
Mays negros
Pareja

Hoy en día, todavía descubro nuevas versiones de Mays que hacen que siga pensando:  - ¡Quiero más! -.

domingo, 3 de octubre de 2010

Chelito, por épocas




No logro recordar de dónde saqué esta muñeca, pues la tengo hace años, tal vez cinco o seis. 
Se trata de una muñeca de 60 cm, con mecanismo andador, hecha de cartón piedra y con pelo de mohair.
Toda ella es de origen, con la ropa clavada al cuerpo. Parece de finales de los años 30 o  principios de los 40.


En la falda, lleva una etiqueta muy trabajada donde se lee claramente: Chelito.  Marca Registrada. 
Tanto las letras como  la figura de la muñeca sentada junto al nombre, así como la corona y el borde de la etiqueta, son en relieve. El fondo es verde y los relieves en plata, todo en color metalizado.


 
Yo conocía la existencia de una muñeca llamada Chelito, contemporánea de Mariquita Pérez, Gisela y Cayetana, entre otras, a la que apodaron "la andadora de Canarias" por el gran éxito que obtuvo sobretodo en el archipiélago canario.

 Ése es el modelo de muñeca Chelito que me venía a la cabeza, así que fue una agradable sorpresa descubrir que se fabricó un modelo anterior, el que por casualidad llegó a mis manos.
 
Durante la década de los 50, la moda y el gusto cambió a muñecas de figura más estilizada, incorporando nuevos materiales a su composición.
El modelo de esos primeros años 50 es de cartón piedra con cara de celuloide, cintura articulada, pelo tanto natural como de mohair y 52 cm de altura.
 
 Mi primera Chelito de esa época tiene peluca de mohair y, además de la cabeza, tiene también las manos de celuloide. Lo que me llamó la atención de esta pieza en particular fue que se vendía con su caja y que llevaba una etiqueta con su nombre prendida en el vestido. La etiqueta es roja con los relieves en dorado, pero por lo demás, idéntica a la que lleva el primer modelo de Chelito. La compré a una coleccionista que, desde entonces, se convirtió en compañera de foros y ferias.



Conseguí la versión negra de este modelo también en caja y en impecable estado, siendo todo el cuerpo de cartón piedra, manos incluidas, y peluca de pelo natural. Su atuendo incluye top, falda y braguitas a juego, sandalias y flores.



Poco tiempo después, a finales de los 50 seguramente, las muñecas Chelito sufrieron nuevos cambios. La cara se modificó y se comenzó a marcar, en relieve,  el nombre en la nuca. 
La altura bajó a 45 cm., el pelo pasó a ser siempre de pelo natural y cada vez más piezas se fabricaban en celuloide.


De esa generación es mi Chelito negra, que viste su atuendo original de hawaiana. Los brazos y la cara son de celuloide, el resto del cuerpo es de cartón piedra.
La versión blanca llegó tiempo después.




Chelito
1a generación. Primeros años 40.

3a generación. Primeros años 50.

4a generación. Finales de los 50.

Hace unos años, como suciedara con Mariquita Pérez, se hizo una reedición de Chelito en vinilo a semajanza de la antigua  muñeca de cartón piedra: Charito.

Charito
Charito, de Berenguer